El único avión de combate en servicio de la Fuerza Aérea Uruguaya, un vetusto Dragonfly, cuyos motores GE J-85 y otros insumos ya han cumplido su vida útil, pasará casi un mes en tierra, quedando la defensa aérea del país a cargo de un par de Pilatus PC-7 del Escuadrón de Vuelo Avanzado, con 30 años de antigüedad, así como la modesta capacidad bélica de algún helicóptero.
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