En un día histórico, zarpamos a bordo del BAP “Tacna”, el buque de apoyo logístico más grande del Perú, rumbo a nuestro destino: el nuevo dominio marítimo, aquel de “dimensiones históricas y coordenadas precisas”, asignado al Perú por la Corte Internacional de Justicia de la Haya, en un fallo que cerró un capitulo de gloria para la Patria.
Surcamos el mar de Grau, y en cada pedacito de ella vemos el reflejo de nuestro héroe de Angamos, junto a Melitón Carbajal, Elías Aguirre, Pedro Gárezon, Diego Ferré y toda la tripulación heroica del monitor Huáscar, inmortal desde aquel épico octubre de 1879. Entonces recitamos como una oración lanzada al viento, los versos del poeta César Calvo: Miguel Grau/ Caballero de los Mares/Así en la Tierra/Como en los Cielos.
El corazón late a ritmo de valse, mientras recorremos el nuevo dominio peruano en el BAP “Tacna”, bautizado en homenaje a la ciudad heroica que cumplió 85 años de su incorporación al Perú. En su honor, el buque representa una ciudad flotante al servicio del país, con capacidad para desplazar 17 mil toneladas de carga, para generar su propia agua potable, almacenar alimentos, medicinas y combustible a gran escala. Además, posee dos hangares y una cubierta de vuelo de helicópteros para rescate y evacuación de personas. Puede reabastecer a buques de combustible por largos periodos, otorgando mayor flexibilidad y autonomía a nuestra Marina de Guerra.
Por todo ello, será la herramienta más importante del Estado en caso de desastres naturales, y brindará apoyo médico gracias a sus salas de operaciones quirúrgicas y ambientes de recuperación, con equipos de última generación.
Recorremos el buque y no nos sorprende que su tripulación transpire peruanidad. El BAP “Tacna” es el más grande de la Armada peruana y por su tecnología, uno de los más modernos; por su gente, es un buque de corazón y coraza roja y blanca. Saber que esta nave llevará ayuda humanitaria e inclusión social a los pueblos más alejados y combatirá ilícitos marítimos, nos recuerda la frase del célebre tacneño Jorge Basadre, aquella de que el Perú es, ante todo, una promesa.
Acaba de amanecer, es 20 de enero del 2015, el sol nace en el mar de Grau y nos abre los ojos hacia el nuevo horizonte marítimo peruano que hoy es parte oficial de nuestro territorio. Aguas ricas en especies y que están entregadas al crecimiento del país; parece una postal presenciar el descenso de los helicópteros con las autoridades que participarán de la ceremonia del primer aniversario del nuevo dominio marítimo.
Desde esta ciudad flotante, la nueva porción de mar peruano es color roja y blanca; roja por la sangre de nuestros héroes, y blanca como la paz con crecimiento y desarrollo que anhelamos todos. Es enero, pero parece julio, propicio para tararear con orgullo: Atesoran sus playas, la riqueza pesquera de nuestro mar soberano… ¡Y se llama Perú, con P de Patria!
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