La Guardia Civil, en el marco de la operación “ESTIBADOR”, desarrollada en la provincia de Murcia ha procedido a la detención de 11 integrantes de una organización criminal (10 varones de nacionalidades marroquí y argelina y una mujer de nacionalidad española), a los que se les atribuye la presunta autoría de los delitos de robo con violencia e intimidación, lesiones, detención ilegal, robo con fuerza y pertenencia a organización criminal.
En la operación se han practicado 9 registros domiciliarios en Torre Pacheco, Cartagena y las pedanías cartageneras de La Palma y Pozo Estrecho (Murcia) en los que se ha intervenido un arma de fuego corta con abundante munición, una pistola simulada, numerosas joyas, dinero, material informático y audiovisual, 17 vehículos y útiles empleados para cometer los robos, tales como pasamontañas, guantes, martillos y sopletes.
Hasta el momento se han esclarecido 14 delitos contra la propiedad y se esta investigando su presunta relación con una treintena de delitos cometidos en domicilios, estaciones de servicio y otros establecimientos comerciales de la región de Murcia.
Las investigaciones se iniciaron en octubre del pasado año cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de la existencia de un grupo de personas que podría estar cometiendo robos con gran violencia e intimidación en joyerías, comercios y viviendas habitadas en Campo de Cartagena y Mar Menor (Murcia) por lo que se estableció un dispositivo para identificar, localizar y detener a los miembros de organización.
Fruto de las investigaciones, los agentes determinaron que se trataba una organización experimentada, con un amplio historial delictivo y que empleaba una violencia extrema para conseguir su ‘botín’. Asimismo, la red no dudaba en golpear y amenazar, con armas de fuego, a sus víctimas, alguna de las cuales resultó herida de gravedad.
Estructura piramidal dividida en tres ramas
Igualmente, se pudo constatar que la organización estaba liderada por un ciudadano marroquí, extremadamente violento, en torno al cual se organizaba una estructura piramidal dividida en tres ramas: logística, de vigilancia y apoyo, y operativa.
La rama logística gestionaba los asuntos financieros y era la encargada de mover en el mercado negro las joyas y objetos de valor, así como de transportar y custodiar grandes cantidades de dinero sustraído.
Los encargados de la vigilancia y el apoyo se dedicaban a seleccionar y vigilar los objetivos que iban a robar y detectar las medidas de seguridad, tanto de establecimientos públicos como de domicilios particulares. Asimismo, comprobaban los horarios y rutinas de sus víctimas e incluso la existencia de cajas fuertes, joyas u otros bienes de gran valor.
Éstos, además, eran experimentados conductores y se encargaban de trasladar al grupo operativo hasta los locales o domicilios elegidos para cometer los robos, donde se quedaban vigilando para detectar la posible existía policial hasta la finalización de los asaltos, momento en que huían con celeridad por vías de comunicación previamente seleccionadas.
En sus desplazamientos utilizaban vehículos, que sustraían en días anteriores y que ocultaban hasta la fecha elegida para cometer los atracos.
Finalmente, el grupo operativo formado por 5 personas se dedicaba a cometer con gran violencia los asaltos.
Atracos a joyerías y otros establecimientos públicos
Unos de los principales objetivos organización eran joyerías, generalmente próximas a su lugar de residencia, a las que accedían violentamente amenazando con pistolas y escopetas tanto a los propietarios como a clientes que hubiera en ese momento, no dudando en golpear y encañonar para conseguir el mayor número de joyas y dinero.
Otro de los objetivos eran estaciones de servicio, salones de juego, centros de gestión de residuos sólidos y locales de alterne.
Atracos en viviendas habitadas
Asimismo, la red actuaba sin escrúpulos contra los moradores de las viviendas asaltadas, a los que mantenían en el interior de los domicilios retenidos y amedrentados hasta lograr el robo dinero y joyas.
La operación ha sido desarrollada por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y el Grupo de Delincuencia Organizada y coordinada con la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de Murcia, en colaboración con la Gendarmería Real Marroquí.
Se ha contado con el apoyo de la Unidad Especial de Intervención (UEI), Unidades de Seguridad Ciudadana de Comandancia y Compañía (USECIC y USECICO), Unidad Aérea y un oficial de la Gendarmería Real de Marruecos.
La operación continúa abierta, por lo que no se descartan nuevas actuaciones y detenciones.
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