La adaptación del cultivo de olivar a la realidad que impone el cambio climático requiere de soluciones que han de venir de la mano de la investigación basada en criterios científicos y con un enfoque multidisciplinar, capaz de combinar los avances del ámbito agronómico con las innovaciones tecnológicas. Con ese objetivo echa a andar el proyecto ‘PROLIVE. Soluciones digitales y biotecnológicas paramitigar la crisis del cambio climático y acelerar el proceso de mejora genética en olivicultura’, una iniciativa de colaboración público-privada en la que 11 socios del ámbito de la investigación y la empresa unen fuerzas para aportar soluciones prácticas al manejo del olivar y el conocimiento de su genética para el desarrollo de variedades resistentes a los efectos del cambio climático.

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